sábado, 5 de mayo de 2012

Atentado de Sarajevo


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Atentado de Sarajevo fue el nombre que recibió el incidente que, el 28 de junio de 1914, causó la muerte del archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero de la Corona del Imperio austrohúngaro, así como a su esposa, la condesa Sofía Chotek en Sarajevo, capital de Bosnia. El atentado fue perpetrado por Gavrilo Princip, miembro de la facción terrorista Mano Negra, —organización cuyo objetivo era la ruptura de las relaciones de las provincias eslavas del sur y la creación de una Gran Serbia— que habría contado con el apoyo de militares serbios. La motivación política del asesinato era compatible con la ideología del movimiento que, más tarde, será conocido como Joven Bosnia.


Al mando de los conspiradores militares estaba Dragutin Dimitrijević, jefe del espionaje serbio; su brazo derecho, el mayor Vojislav Tankosić y el espía Rade Malobabić. Tankosić armó y entrenó a los ejecutores del atentado y Malobabić les dio acceso a los túneles utilizados por los agentes serbios para infiltrar espías y armamento en Austria-Hungría.


Todos los involucrados en el atentado que aún estaban vivos fueron apresados, juzgados, condenados y castigados. Aquellos que fueron apresados en Bosnia fueron juzgados en Sarajevo, en octubre de 1914. El resto de conspiradores fueron sometidos a una corte serbia en el «front» de Salónica —entre 1916 y 1917 bajo control francés. Esto culminó con la ejecución de los tres principales oficiales involucrados. Mucho de lo que se conoce sobre los asesinatos del archiduque y su esposa tuvo origen en la información obtenida en esos juicios.


La verdadera responsabilidad sobre el atentado fue fruto de una gran controversia ya que el ataque supuso el estallido de la Primera Guerra Mundial, un mes después.

ATAQUE CON BOMBA 


La comitiva pasó delante del primer terrorista, Mehmedbašić, que Ilić había colocado en frente del jardín del café Mostar. Sin embargo, no consiguió tirar la bomba sobre el coche del archiduque. Vaso Čubrilović, que estaba a su lado con una pistola y una bomba, tampoco consiguió reaccionar. El siguiente terrorista por el que pasó la comitiva era Nedeljko Čabrinović, armado con una bomba, que se encontraba en el lado opuesto de la calle paralela al río Miljacka.

A las 10:10, el coche de Francisco Fernando se acercó y Čabrinović lanzó la bomba. Sin embargo, el artefacto rebotó en la capota abierta del vehículo, cayó en la calle y explotó bajo el coche siguiente de la comitiva. La explosión abrió en el salón un agujero de 30 cm de diámetro e hirió a un total de 20 personas.

Tras el ataque, Čabrinović se tragó la cápsula de cianuro y se tiró al río Miljacka. Sin embargo, el intento de suicidio fracasó pues el terrorista vomitó el veneno y el río tenía solo 12 cm de profundidad. Detenido por la policía, Čabrinović fue agredido por la multitud antes de ser llevado al cuartel.

La comitiva salió rápidamente en dirección al ayuntamiento y dejó el coche averiado atrás. Cvjetko Popović, Gavrilo Princip y Trifun Grabež no consiguieron efectuar ningún ataque contra el grupo debido a la velocidad por la que se desplazaban.


Captura de Princip
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MUERTE A TIROS


Tras saber que el plan del asesinato había fracasado, Princip fue hasta una tienda de delicatessen de las proximidades. En el cuarto trasero, el serbio vio el coche abierto de Francisco.



Princip avanzó y disparó dos tiros a una distancia de cerca de cinco metros,usando una pistola semiautomática 9x17 mm FN modelo 1910, con el número de serie #19074. La primera bala alcanzó al archiduque en la yugular y la segunda dio en el abdomen de la duquesa. Princip fue detenido inmediatamente. Durante el juicio, afirmó que su intención no era matar a Sofía, sino al gobernador Potiorek.


El uniforme de Francisco Fernando, aún con sangre.
Gravemente herido, llevaron a la pareja para que lo atendiera un médico en la residencia del gobernador. Según el relato del conde Harrach, las últimas palabras de Francisco Fernando fueron «¡Sofía!, ¡Sofía! No te mueras... vive para nuestros hijos», seguidas de seis o siete «No es nada», en respuesta a las preguntas del conde sobre su estado. Sus palabras fueron seguidas por un largo estertor. Sofía murió antes de llegar a la residencia del gobernador. Francisco Fernando murió 10 minutos después.


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